Las mesas se fabrican con unas barras cuadradas de madera de un único espesor, estas “patas” crecen como ramas y se ordenan en espiral, dirigiéndose hacia un punto determinado, lo que permite variar el ángulo en relación al tallo central, y así dirigir su crecimiento para acomodarse al suelo y para permitir la sustentación del tablero de mesa que soportan.